domingo, 16 de marzo de 2014

Falta de respeto organizada





No quiero dejar pasar más tiempo antes de postear estas fotos que yo mismo saqué en el Alto Palermo Shopping, en el Día de la Mujer, hace 1 semana.
Fotos que saqué porque casi no podía creer lo que estaba viendo.
Ese día pusieron un estand simulando una obra en construcción desde donde unos "obreros" piropeaban a las mujeres que circulaban (solas) por el shopping, recreando una de las situaciones más decadentes por las que tiene que pasar una mujer cada día que sale a la calle.
Mi esposa también lo vive, por supuesto.
Y mi hija va a crecer, y llegará el día en el que no va a poder caminar libremente sin recibir opiniones constantes (y nunca solicitadas) acerca de su cuerpo, o de partes de su cuerpo, ojos, piernas, caderas, cintura, o de su ropa; manifestaciones de diversa índole acerca de sus tetas, de su orto, de recorridos de una lengua por sus genitales, publicidad de penes de tamaños cada vez más grandes a cada paso, etcetcetc.
Cómo no va a haber casos de violencia de género si la sociedad naturaliza la falta de respeto. Si no podemos ponernos en el lugar del otro, si no nos importa el otro, si no tenemos dignidad propia...
¡Al menos no seamos hipócritas!
Porque son los mismos machos piropeadores los que estarían dispuestos a ir a cagar a trompadas a alguien que le dijo una cosa a su señora. Motivados no por la necesidad mal enfocada de responder a una violencia (verbal) con otra violencia (física), sino motivados porque su sentido de la propiedad se vio afectado.
Un macho provocó a otro macho molestado a su ganado (que viene a ser una "cosa", o sea una de "sus" mujeres).
En fin... Dirán que para qué salen a la calle "así" vestidas, para qué se muestran, o para qué salen en absoluto. Muchachos, el cuerpo humano te viene por defecto. En algunos países justifican la violación diciendo que la mujer "provoca" al hombre. Yo justificaría, entonces, una buena trompada porque me "provocó" tu cara de pelotudo.
¿O no?

lunes, 24 de febrero de 2014

Aborto y pensamiento mágico



Una de las cosas que diferencian a los ateos de los creyentes es el pensamiento mágico.

Esto tiene muchas más consecuencias de las que pueden aparecer en un primer momento. Además de no creer en palomas que fertilizan mujeres, en carpinteros zombis que caminan sobre el agua o en que unas pastillas de miga se transformen en carne humana que debe ser ingerida frente a un altar (en un ritual caníbal heredado de la edad de piedra), hay otras sutilezas que tienen que ver más con lo cotidiano.

Una de ellas es tener conciencia de lo que podría llamarse la “gradación de la realidad”.

La mente religiosa, y por ello dogmática, divide la realidad en fronteras claras y precisas, de modo que no haya dudas sobre los límites de los conceptos, de los términos, y de las cosas y hechos que éstos describen. No hay lugar para los grises (de ahí lo de “gradación de la realidad”), ni para los intermedios. Las cosas o son blancas o son negras, y la naturaleza debe adaptarse a este esquema de cajones con el que las personas religiosas se ayudan a entender el mundo.

Por eso para la tradición cristiana, que entendía que su dios había creado el reino animal como una acumulación de parejas de individuos con características bien definidas, significó una afrenta tan grande la idea de que los seres vivos no eran muestras estáticas sino parte de un proceso en constante devenir. Si su dios había creado perros, gatos, elefantes y parásitos intestinales por separado, ¿qué era eso de que los seres vivos mutaban, cambiaban y se convertían en otras especies? Si su dios había creado a los canarios como tales, ¿cómo era posible que hubiera antepasados menos parecidos a canarios y más parecidos a reptiles?

No era posible. Nada de grises, no señor.

Del mismo modo la mente religiosa no acepta, o no comparte, la información que hoy se tiene sobre los procesos de desarrollo ontogenético del ser humano.

Por eso una de las principales exclamaciones de los que niegan el derecho al aborto dice que “la vida empieza en la fecundación” (o eso mismo pero escrito con errores ortográficos). Un claro ejemplo de la visión “o es blanco o es negro” de la mente religiosa. Y es que la vida no comienza en la fecundación. La vida no comienza en absoluto: la vida se desarrolla desde que comenzó hace ya mucho (mucho) tiempo. Cada nueva fecundación es tan solo una nueva mano de naipes (genes), que con las generaciones se van combinando y poco a poco van cambiando las características de los individuos que se construyen con esa información genética.

Pero la mente religiosa necesita de una frontera, necesita de un antes y después. En tiempos pasados, fue el nacimiento. Luego fue cuando se detectaban los movimientos prenatales. Desde que la ciencia nos ha permitido conocer muchos detalles que antes permanecían ocultos, los líderes religiosos acordaron que “la vida comienza con la fecundación”. Ese es el límite que han puesto. La frontera que, tal como las líneas invisibles que dividen los países, declara que se ha hecho presente un nuevo ser humano.

Es durante la fecundación que su dios “mete” el alma en el óvulo.

Sin embargo deberán precisar más acerca de esta frontera. ¿Cuándo exactamente entra el alma? ¿Penetra junto al (a caballo del) espermatozoide? ¿Antes que él? ¿Y si entran dos espermatozoides, en ese momento entran las dos almas? ¿Entra el alma cuando el óvulo recibe al espermatozoide o cuando su membrana celular bloquea a los otros espermatozoides que pugnan por ingresar en él?

Pero más importante aún... Si “la vida comienza en la fecundación” y el alma se hace presente en ese momento, ¿qué pasa con la enorme mayoría de óvulos fecundados que no se implantan en el útero, o que producen abortos espontáneos, o embarazos ectópicos, o embarazos molares? (ver http://www.protectfamiliesprotectchoices.org/toolkit/ACOG%20Perspective.pdf ) ¿Es que la mayoría de las almas de la humanidad permanecen en este mundo apenas minutos y van a parar luego al retrete? ¿Es el dios cristiano, por lo tanto, el más grande genocida jamás imaginado?

Lamentablemente (o no), la realidad no suele ser muy amigable con las categorías que usamos para interpretarla. Plutón antes era un planeta; a partir de 2006 dejó de serlo. Sin embargo Plutón no ha cambiado: sigue paseando alrededor del Sol independientemente de cómo queramos clasificarlo. Somos nosotros los que hemos cambiado: aprendimos más acerca de Plutón y de otros cuerpos del sistema solar.

Para la los cristianos que siguen el manual de usuario que dictan sus líderes, cuando dos gametos funden sus macromoléculas de ácidos orgánicos aparece un ser humano. Así de sencillo funciona la “lógica de la varita mágica”. Dos ácidos orgánicos se separan y se vuelven a fundir y eso es, a partir de ese instante, un ser humano. Por eso para ellos un aborto es un asesinato, una clínica de fertilización asistida es un campo de concentración y un médico especialista en fecundación asistida con una probeta en la mano… está cometiendo el delito de privación ilegítima de la libertad ( http://www.youtube.com/watch?v=-qOHPIUNKn8 ).

Porque en la mente religiosa no hay matices de gradación de la realidad, hay solo blanco o negro.

Neko